Un pescador sacó de una laguna un pez raro y misterioso no clasificado aún por la ictiología, de inmensa belleza y que afortunadamente logró conservar vivo.
Primero causó sensación en el pueblo. La noticia pronto corrió, y de diversos lugares llegaron especialistas interesados en adquirir o al menos estudiar el raro ejemplar. Finalmente lo adquirió una firma americana para un conocido acuario.
El pez, sin nombre aún, fue sometido a estudios de científicos de diversas disciplinas.
Un zoólogo lo definió como Artisticus Aquas.
Un ictiólogo dijo que era un simple C. Ornatissimus muy desarrollado.
Un neuropsiquiatra aseguró que no era sino una idea fantástica extraída de la laguna mental de un genio.Gustavo Meza