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Personalidad Dividida

Tengo razones fundadas, doctor – dijo el hombre de impoluto traje blanco, pacientemte recostado en el diván del psiquiatra -, para suponer que padezco de una personalidad dividida.
El psiquiatra anotó en su libretita que, tentativamente, desechaba la presencia de una esquizofrenia: en general, una persona afectada de tal dolencia evita la consulta con el médico.
La consulta duró casi dos horas. Hubo preguntas cortas y respuestas largas. Aparentemente más tranquilo, el hombre se despidió del psiquiatra, pagó a una secretaria el valor de la consulta, y ganó la puerta.
En la calle, vestido de negro riguroso, le esperaba otro hombre.
-¿Lo confirmaste? – preguntó el hombre de negro.
– No sé – fue la repuesta del hombre de blanco.
Luego se fundieron en un solo individuo, enfundado en un traje gris.

Álvaro Menén Desleal